
Me dijieron por ahí
Que andas haciendote el tumbero,
Te pones borrachito
Y gritas que sos el bueno
No tenes nada de chorro
Y de tumbero menos,
Porque los pibes buenos,
No tocan hijos ajenos
Él era un fabricante de mentiras.
Él tenía las historias de cartón.
Su vida era una fábula de lata, sus ojos eran luces de neón.
Ella era una típica inocente, zapatos negros, medias de algodón.
Que sólo era feliz en el colegio.
Querrán saber el fin de nuestra historia…
La niña que sin pena y sin gloria.
Pero hay algo que no se puede explicar: ¿Por qué la niña ríe en vez de llorar?