
No te pido que me traigas flores, tampoco que me des bombones, yo solo quiero una caricia que me diga que tu me quieres.
Él era un fabricante de mentiras.
Él tenía las historias de cartón.
Su vida era una fábula de lata, sus ojos eran luces de neón.
Ella era una típica inocente, zapatos negros, medias de algodón.
Que sólo era feliz en el colegio.
Querrán saber el fin de nuestra historia…
La niña que sin pena y sin gloria.
Pero hay algo que no se puede explicar: ¿Por qué la niña ríe en vez de llorar?