En la palestra de desconocidos, buscó a su lado el calor. Y simulando mojarle el oído, le besó el cuello y le dijo… Me gustas tanto, quisiera aprenderme tu nombre. Me gustas tanto que, no sé por donde voy
Me le acerqué, suspicaz, y le tendí un anzuelo ¿vamos a fumar un porro ahí?
Me gusta verte reír, me gusta tanto tu coqueteo

Tengo una idea, no me hables de ti y mucho menos de tu pasado. Algo en tus labios color carmín, sugiere que vayamos al grano.



Izzy Stradlin ()