Te juro por Dios que nunca busqué haber probocado el mal que te cause, ahora cambie, ahora ya se y todo terminó.
Él era un fabricante de mentiras.
Él tenía las historias de cartón.
Su vida era una fábula de lata, sus ojos eran luces de neón.
Ella era una típica inocente, zapatos negros, medias de algodón.
Que sólo era feliz en el colegio.
Querrán saber el fin de nuestra historia…
La niña que sin pena y sin gloria.
Pero hay algo que no se puede explicar: ¿Por qué la niña ríe en vez de llorar?