Podrias decir con toda razón que fue demasiado el tiempo que yo tarde para hablarte que te traicioné, que obré sin pensar, que eras bulnerable tal vez por demás, imbécil de mi, que no persiví que estabas metido adentro de mi.
Te juro por Dios que nunca busqué haber probocado el mal que te cause, ahora cambie, ahora ya se y todo terminó.